Playa de los Diamantes en Islandia: guía completa para tu visita
- Scandinavian Travel
- 26 sept
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 9 oct
Si sueñas con ver icebergs brillando sobre arena negra, la Playa de los Diamantes, conocida internacionalmente como Diamond Beach, es una parada imprescindible en la costa sur. Así que quédate a conocer la guía completa sobre cómo visitar la Playa de los Diamantes y toda la información que necesites.

Dónde está la Playa de los Diamantes
La Playa de los Diamantes se encuentra frente a la laguna glaciar Jökulsárlón, en el tramo sur de la Carretera 1 o Ring Road, aproximadamente a 380 kilómetros de Reikiavik en dirección este. El trayecto por carretera, sin contar paradas, suele llevar entre cinco y seis horas dependiendo de las condiciones meteorológicas y del tráfico, pero lo habitual es convertirlo en una jornada de viaje por carretera con pausas en cascadas, miradores costeros y playas volcánicas.
Al llegar, descubrirás que la playa se reparte a ambos lados del puente que cruza la desembocadura de la laguna; verás accesos claramente señalizados y aparcamientos de grava junto a la arena. Desde el coche caminas apenas unos minutos por terreno suelto hasta alcanzar la orilla donde descansan los bloques de hielo.
La playa es accesible todo el año, aunque la experiencia cambia con las estaciones. En verano los días interminables permiten visitar la Playa de los Diamantes a horas muy tranquilas, cuando la luz rasante pinta el hielo de tonos dorados. En invierno, en cambio, la combinación de aire frío y mar agitado puede empujar a la costa bloques más grandes y transparentes, y existe la posibilidad de contemplar auroras si el cielo se abre.

No hay vestuarios ni servicios complejos a pie de playa; conviene llevar calzado impermeable y con suela adherente, ropa cortavientos y guantes para manejar la cámara sin congelarte los dedos. La cercana cafetería y los servicios de Jökulsárlón suelen cubrir las necesidades básicas.
Recomendación clave desde el inicio: lo mejor es alquilar un coche en Islandia. Con vehículo propio podrás ajustar la hora de llegada al amanecer o al atardecer, moverte entre la playa y la vecina laguna de Jökulsárlón sin prisas, y aprovechar cualquier ventana de buen tiempo o de mareas favorables para disfrutar de este espectáculo cambiante.
Por qué es tan famosa la Playa de los Diamantes
El contraste imposible entre hielo y arena negra
El motivo principal de su fama es un contraste visual único: cientos de fragmentos de hielo, algunos transparentes como cristal y otros azulados, reposan sobre una arena volcánica negra que absorbe la luz. El hielo procede del glaciar Breiðamerkurjökull, una de las lenguas del inmenso Vatnajökull. Los icebergs se desprenden, flotan por la laguna, atraviesan la desembocadura y, empujados por las corrientes, regresan a la orilla como si el océano los escupiera en pequeñas joyas heladas. La mirada salta de las aristas talladas por el agua a la rugosidad del basalto molido, creando una escena que no se parece a ninguna otra playa.

Un escenario que cambia cada hora
La Playa de los Diamantes nunca es la misma. La marea, el viento y la temperatura dictan el tamaño, la cantidad y la disposición de los bloques. En una mañana calmada, la orilla puede parecer una exposición de esculturas translucidas; por la tarde, tras un golpe de oleaje, quizá queden solo fragmentos pequeños y redondeados.
Esta naturaleza efímera convierte la visita en una búsqueda: caminar, observar cómo la espuma rodea los cristales de hielo y descubrir texturas y reflejos diferentes a cada paso. Quien llega con coche de alquiler puede regresar más tarde el mismo día o a primera hora del siguiente para vivir una segunda versión del lugar.
Un paraíso para fotógrafos y amantes de la luz
La fotografía es otra razón de su popularidad. El amanecer y el atardecer regalan una luz oblicua que atraviesa el hielo como si fueran prismas, y cada ola añade movimiento a la composición. Las largas exposiciones crean velos de agua alrededor de los “diamantes”, mientras que los disparos rápidos congelan las gotas que salpican los bordes.
En invierno, si el cielo está despejado y hay actividad solar, la aurora boreal puede sumarse al cuadro, convirtiendo la Playa de los Diamantes en un escenario casi irreal. Llevar protector para la cámara, paños de microfibra y una bolsa estanca resulta útil porque el ambiente marino es húmedo y salino.

Vida salvaje muy cerca
Aunque la playa en sí es el gran atractivo, la vida salvaje de los alrededores completa la experiencia. En la desembocadura de la laguna no es raro ver focas que se asoman entre los bloques flotantes o descansan sobre las placas de hielo. Gaviotas, charranes árticos y otras aves marinas sobrevuelan el tramo costero, especialmente en los meses más templados.
Como siempre en Islandia, conviene mantener una distancia prudente y no entorpecer su comportamiento, pero observar estos encuentros desde la arena añade una capa más al recuerdo del lugar.
Accesibilidad sin desvíos complicados
A diferencia de otros paisajes islandeses que exigen pistas de grava o vehículos 4×4, la Playa de los Diamantes se alcanza por la Ring Road con total comodidad. Eso la convierte en un hito perfecto para viajes en campervan o coche con itinerario flexible.
En un mismo día puedes combinar la visita con un paseo en barco anfibio por Jökulsárlón, un recorrido por los campos de lava cercanos o una caminata corta por los miradores del Parque Nacional. La logística simple también explica por qué tantas personas la incluyen en su primera ruta por Islandia.
Seguridad y respeto al océano
La fama del lugar trae consigo una advertencia. El Atlántico norte produce olas traicioneras, conocidas como sneaker waves, que avanzan más de lo normal y pueden sorprender a quien está distraído. Además, el hielo resbala y, cuando lo moja el agua, se vuelve aún más liso.
La recomendación es no subirse a los bloques, evitar poner la espalda al mar, vigilar a los niños y mantener una distancia razonable de la rompiente. La Playa de los Diamantes es espectacular y accesible, pero sigue siendo un entorno natural salvaje que merece respeto.
Cómo se llama la Playa de los Diamantes en islandés
En islandés, el arenal donde reposan los hielos se denomina Breiðamerkursandur, que hace referencia a la amplia llanura de arena formada frente a la laguna. Muchas personas locales utilizan también el nombre Fellsfjara para señalar la parte sur, situada al otro lado del puente.
Cuando consultes mapas, señales o páginas oficiales, es habitual encontrar ambos términos. El nombre turístico en inglés, Diamond Beach, se impuso porque describe de manera directa la apariencia del lugar, pero si preguntas a un islandés probablemente te dirá que estás en Breiðamerkursandur.
Disfrutando de la Playa de los Diamantes, uno de los imprescindibles de Islandia
Visitar la Playa de los Diamantes es comprender de un vistazo la esencia de Islandia: el hielo que desciende de un glaciar milenario, la arena negra nacida del fuego y el mar que remodela el paisaje a cada minuto. Para aprovecharla al máximo, organiza la jornada con coche de alquiler, llega en horas de luz suave, abrígate bien y ten paciencia para esperar la ola, el reflejo y el momento.
Puede que un día encuentres grandes esculturas heladas y al siguiente solo queden gemas diminutas sobre la orilla, pero en cualquiera de sus versiones la Diamond Beach regala una experiencia que permanece en la memoria mucho después de abandonar la Ring Road.



